Dieciocho cúpulas o pirámides de luz, se instalaron alrededor del cementerio bajo un orden matemático oculto, pero siempre presente en la naturaleza. El área de la instalación fue de 4000 m2. La propuesta de diseño se basó en el descubrimiento y percepción del espacio a través de la instalación atmosférica. Una atmósfera de paz y reflexión mediante luz y sonido y la creación de expectativa por medio de la sorpresa.

La gama cromática partió de colores terrestres como naranja y amarillo ámbar en dirección horizontal pasando por tonos azules hasta llegar a los púrpuras e índigos correspondientes a frecuencias vibratorias de calidad ascendente.